Faltaban
5 minutos para el final de primer tiempo, nuestro equipo los "All
Stars" de Auditoria se medían en la final con el "Dream team" de
Supervisión, ambos equipos pertenecientes a una compañía de encuestas de
nuestro medio, cuando de repente en una entrada de por cierto
"criminal", Alex, el mejor jugador de nuestro equipo había sido
lesionado en una jugada a balón dividido, por un jugador contrario y que a
falta de cambios y al 3-2 del marcador en contra nuestra, se buscaba un
reemplazo urgente para evitar perder las 6 cajas de cerveza que se ofrecía como
premio al primer puesto...
Edye
el capitán de nuestro equipo, reviso la bancas y al solo encontrar chicas y a
este servidor sentado en la esquina de la butaca, no le quedó más remedio de
convocarme a tan desesperada empresa. Había escuchado durante semanas las
invitaciones de parte de nuestra bien ponderada jefa, una morena de unos 35
abriles, soltera, más o menos entrada en carnes, que prometía una gran fiesta
en su departamento y un "merecido" premio adicional (con un gesto en
el ojo), si es que conseguíamos la copa este año, para tal efecto convocaba a
entrenamientos, polos y suvenires pagados por ella
No
se podía decir que el grupo de auditores era un caldo de testosterona, más bien
de un universo de 50 jóvenes, solamente se contaba con 8 especímenes masculinos
y sabíamos que uno de nosotros, por así decirlo, era partidario de "voley
de fin de semana". Nunca asistí a los entrenamientos quería evitar la vergüenza
publica también en mi entorno de trabajo, es decir, me gusta mucho el futbol,
sin embargo Papa Lindo, nunca me dio la habilidad para este juego, mi coordinación
ojo-pie era, es y será, sinceramente desastrosa, definitivamente nací con 2
pies izquierdos, no es que no lo intentara, es más, el ridículo lo hacía cada
vez que podía en mi entorno doméstico (patas del barrio) del cual a cada
encuentro salía con alguna lesión, con moretones, en camilla y casi todos estos
accidentes y faltas provocados por mí mismo, es decir que, con relación a este
juego era más burro que R (leer blogs
anterior) intentando caerle a chibolas, en síntesis un inútil
completo.
También
tenía claro que con solo 7 chicos y un "britsh", era imposible que me
negaran la entrada al equipo a pesar de no asistir a los entrenamientos,
durante las reuniones de coordinación, escuche más de una queja hacia mi
persona por no haber asistido y que próximo a la fecha del campeonato interno,
se hacía obvio para todos que faltaba un pelotero más (y que según yo... era
yo, pero quería hacerme de rogar), respondiendo a las quejas por mi ausencia en
las practicas, que la universidad y otras actividades me consumían todo el
tiempo libre que disponía. Pero que "intentaría en la razón de mis
posibilidades asistir a dicho evento" a pesar de que tal vez un poco tarde
(menudo pretensioso).
…Ósea,
llegado el sábado, día del campeonato, yo estaba listo desde las 6am, con mi
short en el interior de mi buzo recién comprado, polito nuevo, zapatillas
limpiecitas, canilleras y mochila con algún tentempié para matar el hambre
camino hacia Chorrillos. Sabía que los partidos comenzaban a las 8am, pero también
había comentado en público que "intentaría
en la razón de mis posibilidades asistir a dicho evento", tenía
claro que mis compañeros no me mirarían con buena cara al llegar a primera
hora, quería hacerme mi lado y dejar algunas de las chicas me empezaran a
romper el celular, preguntando: en donde estaba y que estaban pasándola muy
mal, prometiendo con un: "no te preocupes nena, ya estoy llegando para
salvar la situación" (semejante tarado).
Al
llegar cerca de las 9am, grande es mi sorpresa al enterarme que habíamos ganado
ya el primer partido por 5-2, además que Alex el fanático del "Vóley de
fin de semana", había anotado 3 pepas y se había convertido en el goleador
y la estrella del equipo. "Tenías que verlo corriendo para celebrar sus
goles", -me mencionaba una amiga-, parecía una libélula intentando abrazar
a sus compañeros, los cuales en vez de correr hacia él, solo atinaban a correr
a las bancas en franca señal de miedo a que los tocara.
Tengo
que aceptar que si bien es cierto, el peso de hacer el ridículo en público se
me había ido de las manos, tampoco me sentía muy bien al saber que había sido
reemplazado por el Rut Gullit peruano, y que durante el segundo partido, sus
jugadas, cabecitas y dominadas, levantaran a la afición, provocando aplausos y griteríos
de parte de la tribuna. Solo me quedo sentarme a un lado de las bancas,
intentando mostrar también, la alegría por las figurillas que esta
"mariposa, quita puesto" estaba demostrando en la cancha.
...
No tenía muy claro que hacer, Alex se lesiona en lo último del juego y la
responsabilidad de llenar la alegría y esperanza de nuestra hinchada, quedaba
reposada en mis chimpunes. Miro a Edye agitándome la mano para ingresar,
observo a mi jefa acercándome un polo azul con el número 5 en color amarillo y
maldigo a Alex por el momento en el que decide lesionarse, a lo cual solo me
ocurre pensar (justo en este momento, se le tiene que mover la toalla higiénica
al HDP este).
Ni
hablar, me quite el buzo, me quite el polo antes de colocarme el azul (un grupo
de silbidos se escuchaban mientras hacia este trabajo, cosa que solo hizo
arreciar mucho más mi vergüenza) y entre a la plataforma, no sin antes hacerme
la señal de la cruz en la frente y dar el saltito a lo W. Sáenz antes de entrar
al gramado.
Ni
bien entro me coloco en la posición de defensa izquierdo y al saque de costado,
Henry me pasa el balón rebotando, que paro con algo de gracia y entrego el pase
a mi arquero. Solo necesite dar 2 pasos adelante de mi marcador para que sin
ninguna explicación táctica el portero me devolviera el balón al ras del piso, dejándome
solo frente a 3 jóvenes chatos, que dudaban si acercarse o no a marcar,
totalmente paralizado por el miedo a perder el balón y de seguro un gol más en
contra nuestra, piso el balón alzando la cabeza para encontrar un receptor y a
la voz del arquero rival "cáele won, ese tío no sabe" ver acercárseme
a los 3 muchachos, decido con más miedo que valentía: "a la mierda",
corro hacia el mas cercando, hago la de "San Bebeto", inclino mi
cuerpo hacia la izquierda, luego a la derecha y otra vez a la izquierda,
observo en fracción de segundos lo esperado: el joven abre las piernas indeciso
sobre qué lado marcar, permitiendo hacerme un autopase por la huacha, alejándome
de los adversarios y un griterío de la hinchada, por el "jugadon" que
tanto había practicado y que nunca me había salido en el patio de mi casa y que
gracias a Poster de Bebeto haciendo la misma jugada pegada en la cabecera de mi
cama en ese tiempo, esta vez sin querer había salido. Luego de esto, observo a
Edye moverse a la espalda del único defensa contrario disponible y que con un simple
pase mío, el conecta y fulmina a bocajarro al arquero rival, desatando el
desorden completo de parte de mi equipo y la tribuna que se me hecho encima, en
señal de alegría y confianza por mi ingreso en un momento tan crítico.
Feliz
como estaba y acabando el primer tiempo, yo era el hombre, todos pasaban a mi
lado y me felicitaban por el partido aun no ganado, observaba con beneplácito a
algunas féminas que entre susurros me miraban con ojos de presa disponible,
pensando que saliendo de esto, en el dpto. de mi jefa alguna de ellas caerían
sin mayor trabajo, Al iniciar la segunda parte del juego, me convertí en la
ADUANA del campo, todas las pelotas pasaban por mí y ningún rival se atrevía a
acecharme de manera abierta, casi todo eran golpes y empujones que debido a mi
gruesa contextura no dejaban de ser simples intentos de roces que devolvía por
inercia sin inmutarme.
A
la mitad ya del segundo tiempo, el marcador ya reflejaba un 4-4 y nuestro
arquero por un error de cálculo había ido a pelear por un balón fuera del area
del cual también salió mal librado, torciéndose la mano y golpeándose la
espalda con fuerza al caer, por un artero "banquito" que propicio el
miserable delantero rival, al no tener opciones de cambio masculinas de cual
escoger, en reunión de emergencia se decide convocar al arma secreta: "LA
MARIA".
María
era una mujer peculiar, llevaba siempre un corte en su cabello lacio que solía
taparle la mitad de la cara, del cual solo llegaban a verse algo de la nariz y
los labios (me hace recordar ahora, a la moda EMO, el tío cosa, La chica del
ARO, Depredador y al Undertaken de la WWF), media más o menos 1.80m, contextura
muy recia y siempre vestía de negro , para cualquiera que no la conociera era
una mujer para temer, para aquellos que ya teníamos tiempo trabajando con ella,
sabíamos que "LA MARIA", era fanática a las galletas de animalitos y
chaplines, que vivía en VMT a la altura del hospital, que era fanática de
GI-joe y que se moría por los "NEW KIDS ON THE BLOCK", nada que ver
con su espectral presencia digna de coleccionista de huesos y medulas
espinales.
Solicitamos
a María que se colocara en portería, prometiéndole a manera personal cogiéndole
la mano y mirándole a los ojos (donde suponían que estaban sus ojos), que haría
todo lo posible porque nadie se acercaría a ella y que le cayera algún
balonazo, a lo que ella contesto con una nerviosa sonrisa en señal de
confianza, hacia el ya "héroe del juego", luego de soltar sus manos y
alzar mis brazos inste a mis compañeros de tribuna vítores hacia María, para
que se llenara de emoción y entendiera lo importante que era para nosotros
ganar la bendita copa y las respectivas cajas cerveza, además de posar para la cámara
de video que una compañera había traído para grabar el partido.
Durante
el restante del partido, nuestra emoción por campeona sobre todo por el
adicional de tener una mujer en portería, crecieron de manera espectacular, la
hinchada nos apoyaba con oles y olas, las jugadas salían sin más fuerza, el
rival se veía disminuido por la edad, el peso de las tribunas y el cansancio, y
solo atinaba a defenderse en su lado del campo con nosotros en él.
A
falta de 1 minuto Henry pierde el balón en la mitad de la cancha y el asesino
de Alex y nuestro portero, recupera la pelota dirigiéndose solo hacia nuestro
arco, a pocos pasos yo de él y en franca barrida (la cual no me importaba si me
llevaba la mitad de su cuerpo en ella) dispara y cuál es nuestra suerte que el balón
impacta en el hombro de María (la cual se dio la espalda) y luego rebota en el
poste del costado, quedando el balón a centímetros de mi actual posición, cojo
el balón rápidamente, llego hasta la mitad de la cancha, observo el panorama
lleno de adrenalina y cerrando los ojos (recordando a Oliver Atom), haciendo
fuerza y levantando mi pie derecho, golpeando la punta del pulgar en el
concreto mientras recorria el trayecto hacia la pelota, propiciarle semejante
empalme al balón, el cual, rompiendo el aire salió disparado cual bala hacia la
esquina superior derecha del arco rival, haciendo imposible que el arquero la
alcanzara.
La
gente se paró gritando y alocada por el tanto, yo estaba arrodillado con los
ojos cerrados esperando a que la gente corriera en síntoma de agradecimiento
hacia este humilde servidor, al sentir que no llegaba nadie, abro mi ojo
derecho y observo una multitud de gente arremolinarse alrededor del árbitro
reclamando por la validez del gol, ya que mi tiro había sido disparado desde la
mitad del terreno y en defensa para la anulación del gol el equipo contrario aludía
que el tiro había sido realizado fuera de los límites de la media cancha y que
por lo tanto era invalidado, el pobre arbitro se encontraba entre 2 bandos que echaban
chispas entre si y que ante a la duda alguien sugirió ver el video que la
agraciada chica en tribuna había estado realizando. Mientras un grupo subía al
estrado a revisar la grabación, otro grupo (el más hincha, con caras pintadas,
polos en la cabeza y miradas de fiera), se quedara en el campo y solo basto un pequeño
roce, para que todos las presentes hombres y mujeres entraran en un mecha donde
arañazos, botellas plásticas y escupitajos, entraran al alcance de cualquiera.
Mientras
me erguía, observaba el panorama presentado y al acercarme a la gente, separando
y empujando para que dejaran la inútil pelea, llego hasta casi el medio de la
trifulca que ya se había salido de la cancha y al terminar de separar a Alex
que orgulloso mostraba en una mano el mechon de cabello de una chica (menudo
marisco) y que con la otra le seguía jaloneando la chaqueta, mientras ella solo
atinaba a jalarle el polo cual desesperada cogotera, me encuentro con el
"asesino", al pesarlo con la mirada, el enano ese no era rival para mí,
en señal de venganza hacia el pelotazo enviado de manera cobarde hacia el
cuerpo de María, me acerco hacia el para pedirle que se tranquilice (a pesar de
que el no estaba haciendo nada), estiro mi mano hacia su hombro para jalonearlo
a mi antojo y en un segundo, ese enano media vida, medio cuerpo, da un paso,
salta, se suspende en el aire y en forma de saludo japonés, me clava semejante
golpe en la nariz, que me dejo con los ojos llenos de lágrimas estampado en el
piso, mientras caía escuchaba un silbido del árbitro que días después, me
entere que había sido por la validación de mi gol y que toda la hinchada en vez
de ayudar al héroe caído por el ataque sufrido, salió disparada hacia el podio
del trofeo levantando en señal de victoria la copa de la empresa y las cajas de
cerveza.
Al
mirar con los ojos vidriosos tal escena y intentar apaciguar el dolor de mi
nariz, me aunó trastabillando a la algarabía de caídos y ganadores (los cuales aún
yo no definía), al acercarme a mis compañeros y estos mirarme a la cara, el
rostro de extrañeza y asco que me dirigieron hicieron que todo el mundo se
mantuviera callado y cuando mi jefa al acercarse y sacara de su bolso un espejo
de maquillaje entregármelo y reflejarme en él, mi grito de sorpresa fue al
darme cuenta que mi nariz se había salido del lugar, haciendo que apunte hacia
cualquier lado menos hacia el frente y que al intentar enderezármela con la
mano, con un solo pequeño movimiento me viniera tal huayco de sangre que me
embarro todo el polo, originando además un charco rojo en el piso, del que solo
recuerdo mientras me acercaba a el en señal de desvanecimiento.
Horas
después me desperté en el Casimiro Ulloa en una camilla, por la luz de la
ventana asumía que ya era de noche, me dolía toda la cara y el cuerpo, veía
doctores y enfermeras ir de un lado al otro del pasadizo, a mi lado no había
nadie solamente una silla y una cortina que cubría la cama contigua, al
consultar a una de las enfermeras sobre que había pasado, ella me informa con
la clásica frialdad médica, "espere al Doctor" que ya está haciendo su
ronda. Cuando el Doctor llega y me hace una evaluación rápida, me informa que
me habían roto la nariz, al parecer producto de un fuerte golpe y que además había
sufrido una conmoción leve, la cual me dejo inconsciente pero estable. Al
preguntarle si alguien había traído mis cosas, este me comento que había una
chica afuera que me había traído sola, prácticamente cargando y que esta había
pagado por todos sus exámenes y entregado además sus datos.
Al
salir y esperar encontrar a la enamorada de turno, con los ojos molestos por el
problema que de seguro le había causado, me doy con la sorpresa de encontrar
una figura negra con el cabello hacia la cara, con una sonrisa tímida y de satisfacción
por encontrarme ya recuperado y al agradecerle y consultarle sobre mis cosas además,
de que me había pasado. Ella me informa que todo el mundo me ayudo a pararme,
que me sacaron afuera del local cargándome en hombros, que parecía algún
santito de provincia sacándolo a la plaza, que pararon un taxi, que preguntaron
por cuanto al Casimiro, que me metieron al carro, pero que nadie se quiso subir
en él ya que todo el mundo se miraba como librándose del problema, a lo que decidí
(me comenta ella), subir al carro y pedirle al taxista que nos lleve hasta acá,
sin embargo de mis cosas nunca se ocupó, que de seguro alguien más las tendría
y que no me preocupara por eso en este momento.
Víctima
de una vergüenza y una tristeza bastante severa, le pregunto cuanto es lo que salió
y al mirarme de frente y sonreír, me dice: tranquilo "Superman", esta
va por mí, cuando le pregunto del por qué "Superman" me coge el polo
por los costados al estirar y enseñármelo me doy cuenta que todo el pecho lo tenía
manchado de sangre y que de manera curiosa el número 5 de color amarillo no se había
manchado, recordando todo lo que había pasado, respondí con una sonrisa
diciendo: claro, un "Superman de plastilina" ella también sonrió y
caminamos hacia la salida yo cogido de su brazo.
Luego
de esto no regrese a trabajar, por ahy me hicieron llegar mis cosas, nunca supe
de María hasta la sorpresa que me dio años después... pero esa ya es otra
historia.
Gracias
amiga
Click!
joer oee como escribes q beeeestia
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