viernes, 27 de marzo de 2009

Superman de plastelina

Faltaban 5 minutos para el final de primer tiempo, nuestro equipo los "All Stars" de Auditoria se medían en la final con el "Dream team" de Supervisión, ambos equipos pertenecientes a una compañía de encuestas de nuestro medio, cuando de repente en una entrada de por cierto "criminal", Alex, el mejor jugador de nuestro equipo había sido lesionado en una jugada a balón dividido, por un jugador contrario y que a falta de cambios y al 3-2 del marcador en contra nuestra, se buscaba un reemplazo urgente para evitar perder las 6 cajas de cerveza que se ofrecía como premio al primer puesto...

Edye el capitán de nuestro equipo, reviso la bancas y al solo encontrar chicas y a este servidor sentado en la esquina de la butaca, no le quedó más remedio de convocarme a tan desesperada empresa. Había escuchado durante semanas las invitaciones de parte de nuestra bien ponderada jefa, una morena de unos 35 abriles, soltera, más o menos entrada en carnes, que prometía una gran fiesta en su departamento y un "merecido" premio adicional (con un gesto en el ojo), si es que conseguíamos la copa este año, para tal efecto convocaba a entrenamientos, polos y suvenires pagados por ella

No se podía decir que el grupo de auditores era un caldo de testosterona, más bien de un universo de 50 jóvenes, solamente se contaba con 8 especímenes masculinos y sabíamos que uno de nosotros, por así decirlo, era partidario de "voley de fin de semana". Nunca asistí a los entrenamientos quería evitar la vergüenza publica también en mi entorno de trabajo, es decir, me gusta mucho el futbol, sin embargo Papa Lindo, nunca me dio la habilidad para este juego, mi coordinación ojo-pie era, es y será, sinceramente desastrosa, definitivamente nací con 2 pies izquierdos, no es que no lo intentara, es más, el ridículo lo hacía cada vez que podía en mi entorno doméstico (patas del barrio) del cual a cada encuentro salía con alguna lesión, con moretones, en camilla y casi todos estos accidentes y faltas provocados por mí mismo, es decir que, con relación a este juego era más burro que R (leer blogs anterior) intentando caerle a chibolas, en síntesis un inútil completo.

También tenía claro que con solo 7 chicos y un "britsh", era imposible que me negaran la entrada al equipo a pesar de no asistir a los entrenamientos, durante las reuniones de coordinación, escuche más de una queja hacia mi persona por no haber asistido y que próximo a la fecha del campeonato interno, se hacía obvio para todos que faltaba un pelotero más (y que según yo... era yo, pero quería hacerme de rogar), respondiendo a las quejas por mi ausencia en las practicas, que la universidad y otras actividades me consumían todo el tiempo libre que disponía. Pero que "intentaría en la razón de mis posibilidades asistir a dicho evento" a pesar de que tal vez un poco tarde (menudo pretensioso).

…Ósea, llegado el sábado, día del campeonato, yo estaba listo desde las 6am, con mi short en el interior de mi buzo recién comprado, polito nuevo, zapatillas limpiecitas, canilleras y mochila con algún tentempié para matar el hambre camino hacia Chorrillos. Sabía que los partidos comenzaban a las 8am, pero también había comentado en público que "intentaría en la razón de mis posibilidades asistir a dicho evento", tenía claro que mis compañeros no me mirarían con buena cara al llegar a primera hora, quería hacerme mi lado y dejar algunas de las chicas me empezaran a romper el celular, preguntando: en donde estaba y que estaban pasándola muy mal, prometiendo con un: "no te preocupes nena, ya estoy llegando para salvar la situación" (semejante tarado).

Al llegar cerca de las 9am, grande es mi sorpresa al enterarme que habíamos ganado ya el primer partido por 5-2, además que Alex el fanático del "Vóley de fin de semana", había anotado 3 pepas y se había convertido en el goleador y la estrella del equipo. "Tenías que verlo corriendo para celebrar sus goles", -me mencionaba una amiga-, parecía una libélula intentando abrazar a sus compañeros, los cuales en vez de correr hacia él, solo atinaban a correr a las bancas en franca señal de miedo a que los tocara.

Tengo que aceptar que si bien es cierto, el peso de hacer el ridículo en público se me había ido de las manos, tampoco me sentía muy bien al saber que había sido reemplazado por el Rut Gullit peruano, y que durante el segundo partido, sus jugadas, cabecitas y dominadas, levantaran a la afición, provocando aplausos y griteríos de parte de la tribuna. Solo me quedo sentarme a un lado de las bancas, intentando mostrar también, la alegría por las figurillas que esta "mariposa, quita puesto" estaba demostrando en la cancha.

... No tenía muy claro que hacer, Alex se lesiona en lo último del juego y la responsabilidad de llenar la alegría y esperanza de nuestra hinchada, quedaba reposada en mis chimpunes. Miro a Edye agitándome la mano para ingresar, observo a mi jefa acercándome un polo azul con el número 5 en color amarillo y maldigo a Alex por el momento en el que decide lesionarse, a lo cual solo me ocurre pensar (justo en este momento, se le tiene que mover la toalla higiénica al HDP este).

Ni hablar, me quite el buzo, me quite el polo antes de colocarme el azul (un grupo de silbidos se escuchaban mientras hacia este trabajo, cosa que solo hizo arreciar mucho más mi vergüenza) y entre a la plataforma, no sin antes hacerme la señal de la cruz en la frente y dar el saltito a lo W. Sáenz antes de entrar al gramado.

Ni bien entro me coloco en la posición de defensa izquierdo y al saque de costado, Henry me pasa el balón rebotando, que paro con algo de gracia y entrego el pase a mi arquero. Solo necesite dar 2 pasos adelante de mi marcador para que sin ninguna explicación táctica el portero me devolviera el balón al ras del piso, dejándome solo frente a 3 jóvenes chatos, que dudaban si acercarse o no a marcar, totalmente paralizado por el miedo a perder el balón y de seguro un gol más en contra nuestra, piso el balón alzando la cabeza para encontrar un receptor y a la voz del arquero rival "cáele won, ese tío no sabe" ver acercárseme a los 3 muchachos, decido con más miedo que valentía: "a la mierda", corro hacia el mas cercando, hago la de "San Bebeto", inclino mi cuerpo hacia la izquierda, luego a la derecha y otra vez a la izquierda, observo en fracción de segundos lo esperado: el joven abre las piernas indeciso sobre qué lado marcar, permitiendo hacerme un autopase por la huacha, alejándome de los adversarios y un griterío de la hinchada, por el "jugadon" que tanto había practicado y que nunca me había salido en el patio de mi casa y que gracias a Poster de Bebeto haciendo la misma jugada pegada en la cabecera de mi cama en ese tiempo, esta vez sin querer había salido. Luego de esto, observo a Edye moverse a la espalda del único defensa contrario disponible y que con un simple pase mío, el conecta y fulmina a bocajarro al arquero rival, desatando el desorden completo de parte de mi equipo y la tribuna que se me hecho encima, en señal de alegría y confianza por mi ingreso en un momento tan crítico.

Feliz como estaba y acabando el primer tiempo, yo era el hombre, todos pasaban a mi lado y me felicitaban por el partido aun no ganado, observaba con beneplácito a algunas féminas que entre susurros me miraban con ojos de presa disponible, pensando que saliendo de esto, en el dpto. de mi jefa alguna de ellas caerían sin mayor trabajo, Al iniciar la segunda parte del juego, me convertí en la ADUANA del campo, todas las pelotas pasaban por mí y ningún rival se atrevía a acecharme de manera abierta, casi todo eran golpes y empujones que debido a mi gruesa contextura no dejaban de ser simples intentos de roces que devolvía por inercia sin inmutarme.

A la mitad ya del segundo tiempo, el marcador ya reflejaba un 4-4 y nuestro arquero por un error de cálculo había ido a pelear por un balón fuera del area del cual también salió mal librado, torciéndose la mano y golpeándose la espalda con fuerza al caer, por un artero "banquito" que propicio el miserable delantero rival, al no tener opciones de cambio masculinas de cual escoger, en reunión de emergencia se decide convocar al arma secreta: "LA MARIA".

María era una mujer peculiar, llevaba siempre un corte en su cabello lacio que solía taparle la mitad de la cara, del cual solo llegaban a verse algo de la nariz y los labios (me hace recordar ahora, a la moda EMO, el tío cosa, La chica del ARO, Depredador y al Undertaken de la WWF), media más o menos 1.80m, contextura muy recia y siempre vestía de negro , para cualquiera que no la conociera era una mujer para temer, para aquellos que ya teníamos tiempo trabajando con ella, sabíamos que "LA MARIA", era fanática a las galletas de animalitos y chaplines, que vivía en VMT a la altura del hospital, que era fanática de GI-joe y que se moría por los "NEW KIDS ON THE BLOCK", nada que ver con su espectral presencia digna de coleccionista de huesos y medulas espinales.

Solicitamos a María que se colocara en portería, prometiéndole a manera personal cogiéndole la mano y mirándole a los ojos (donde suponían que estaban sus ojos), que haría todo lo posible porque nadie se acercaría a ella y que le cayera algún balonazo, a lo que ella contesto con una nerviosa sonrisa en señal de confianza, hacia el ya "héroe del juego", luego de soltar sus manos y alzar mis brazos inste a mis compañeros de tribuna vítores hacia María, para que se llenara de emoción y entendiera lo importante que era para nosotros ganar la bendita copa y las respectivas cajas cerveza, además de posar para la cámara de video que una compañera había traído para grabar el partido.

Durante el restante del partido, nuestra emoción por campeona sobre todo por el adicional de tener una mujer en portería, crecieron de manera espectacular, la hinchada nos apoyaba con oles y olas, las jugadas salían sin más fuerza, el rival se veía disminuido por la edad, el peso de las tribunas y el cansancio, y solo atinaba a defenderse en su lado del campo con nosotros en él.

A falta de 1 minuto Henry pierde el balón en la mitad de la cancha y el asesino de Alex y nuestro portero, recupera la pelota dirigiéndose solo hacia nuestro arco, a pocos pasos yo de él y en franca barrida (la cual no me importaba si me llevaba la mitad de su cuerpo en ella) dispara y cuál es nuestra suerte que el balón impacta en el hombro de María (la cual se dio la espalda) y luego rebota en el poste del costado, quedando el balón a centímetros de mi actual posición, cojo el balón rápidamente, llego hasta la mitad de la cancha, observo el panorama lleno de adrenalina y cerrando los ojos (recordando a Oliver Atom), haciendo fuerza y levantando mi pie derecho, golpeando la punta del pulgar en el concreto mientras recorria el trayecto hacia la pelota, propiciarle semejante empalme al balón, el cual, rompiendo el aire salió disparado cual bala hacia la esquina superior derecha del arco rival, haciendo imposible que el arquero la alcanzara.

La gente se paró gritando y alocada por el tanto, yo estaba arrodillado con los ojos cerrados esperando a que la gente corriera en síntoma de agradecimiento hacia este humilde servidor, al sentir que no llegaba nadie, abro mi ojo derecho y observo una multitud de gente arremolinarse alrededor del árbitro reclamando por la validez del gol, ya que mi tiro había sido disparado desde la mitad del terreno y en defensa para la anulación del gol el equipo contrario aludía que el tiro había sido realizado fuera de los límites de la media cancha y que por lo tanto era invalidado, el pobre arbitro se encontraba entre 2 bandos que echaban chispas entre si y que ante a la duda alguien sugirió ver el video que la agraciada chica en tribuna había estado realizando. Mientras un grupo subía al estrado a revisar la grabación, otro grupo (el más hincha, con caras pintadas, polos en la cabeza y miradas de fiera), se quedara en el campo y solo basto un pequeño roce, para que todos las presentes hombres y mujeres entraran en un mecha donde arañazos, botellas plásticas y escupitajos, entraran al alcance de cualquiera.

Mientras me erguía, observaba el panorama presentado y al acercarme a la gente, separando y empujando para que dejaran la inútil pelea, llego hasta casi el medio de la trifulca que ya se había salido de la cancha y al terminar de separar a Alex que orgulloso mostraba en una mano el mechon de cabello de una chica (menudo marisco) y que con la otra le seguía jaloneando la chaqueta, mientras ella solo atinaba a jalarle el polo cual desesperada cogotera, me encuentro con el "asesino", al pesarlo con la mirada, el enano ese no era rival para mí, en señal de venganza hacia el pelotazo enviado de manera cobarde hacia el cuerpo de María, me acerco hacia el para pedirle que se tranquilice (a pesar de que el no estaba haciendo nada), estiro mi mano hacia su hombro para jalonearlo a mi antojo y en un segundo, ese enano media vida, medio cuerpo, da un paso, salta, se suspende en el aire y en forma de saludo japonés, me clava semejante golpe en la nariz, que me dejo con los ojos llenos de lágrimas estampado en el piso, mientras caía escuchaba un silbido del árbitro que días después, me entere que había sido por la validación de mi gol y que toda la hinchada en vez de ayudar al héroe caído por el ataque sufrido, salió disparada hacia el podio del trofeo levantando en señal de victoria la copa de la empresa y las cajas de cerveza.

Al mirar con los ojos vidriosos tal escena y intentar apaciguar el dolor de mi nariz, me aunó trastabillando a la algarabía de caídos y ganadores (los cuales aún yo no definía), al acercarme a mis compañeros y estos mirarme a la cara, el rostro de extrañeza y asco que me dirigieron hicieron que todo el mundo se mantuviera callado y cuando mi jefa al acercarse y sacara de su bolso un espejo de maquillaje entregármelo y reflejarme en él, mi grito de sorpresa fue al darme cuenta que mi nariz se había salido del lugar, haciendo que apunte hacia cualquier lado menos hacia el frente y que al intentar enderezármela con la mano, con un solo pequeño movimiento me viniera tal huayco de sangre que me embarro todo el polo, originando además un charco rojo en el piso, del que solo recuerdo mientras me acercaba a el en señal de desvanecimiento.

Horas después me desperté en el Casimiro Ulloa en una camilla, por la luz de la ventana asumía que ya era de noche, me dolía toda la cara y el cuerpo, veía doctores y enfermeras ir de un lado al otro del pasadizo, a mi lado no había nadie solamente una silla y una cortina que cubría la cama contigua, al consultar a una de las enfermeras sobre que había pasado, ella me informa con la clásica frialdad médica, "espere al Doctor" que ya está haciendo su ronda. Cuando el Doctor llega y me hace una evaluación rápida, me informa que me habían roto la nariz, al parecer producto de un fuerte golpe y que además había sufrido una conmoción leve, la cual me dejo inconsciente pero estable. Al preguntarle si alguien había traído mis cosas, este me comento que había una chica afuera que me había traído sola, prácticamente cargando y que esta había pagado por todos sus exámenes y entregado además sus datos.

Al salir y esperar encontrar a la enamorada de turno, con los ojos molestos por el problema que de seguro le había causado, me doy con la sorpresa de encontrar una figura negra con el cabello hacia la cara, con una sonrisa tímida y de satisfacción por encontrarme ya recuperado y al agradecerle y consultarle sobre mis cosas además, de que me había pasado. Ella me informa que todo el mundo me ayudo a pararme, que me sacaron afuera del local cargándome en hombros, que parecía algún santito de provincia sacándolo a la plaza, que pararon un taxi, que preguntaron por cuanto al Casimiro, que me metieron al carro, pero que nadie se quiso subir en él ya que todo el mundo se miraba como librándose del problema, a lo que decidí (me comenta ella), subir al carro y pedirle al taxista que nos lleve hasta acá, sin embargo de mis cosas nunca se ocupó, que de seguro alguien más las tendría y que no me preocupara por eso en este momento.

Víctima de una vergüenza y una tristeza bastante severa, le pregunto cuanto es lo que salió y al mirarme de frente y sonreír, me dice: tranquilo "Superman", esta va por mí, cuando le pregunto del por qué "Superman" me coge el polo por los costados al estirar y enseñármelo me doy cuenta que todo el pecho lo tenía manchado de sangre y que de manera curiosa el número 5 de color amarillo no se había manchado, recordando todo lo que había pasado, respondí con una sonrisa diciendo: claro, un "Superman de plastilina" ella también sonrió y caminamos hacia la salida yo cogido de su brazo.

Luego de esto no regrese a trabajar, por ahy me hicieron llegar mis cosas, nunca supe de María hasta la sorpresa que me dio años después... pero esa ya es otra historia.

Gracias amiga


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