lunes, 23 de marzo de 2009

La historia de P (2 parte)

Cabezones como estábamos, decidimos revisar nuestras opciones: fugarnos al interior del país, conseguir dinero de manera rápida (yo ya había pensado en utilizar el dinero de la matrícula y la pensión del primer mes de la universidad para este fin) y trabajar en alguna chacra o de lo que sea, mientras llegaba la criatura e intentar hacer las cosas solos, no seriamos los primeros que intentamos tal descabellada aventura. Cuando conversábamos sobre este tema nerviosos en el patio de su casa, con las maletas listas, con las lágrimas en las mejillas, intentando escribir una carta para dejarle a su madre del porqué de nuestra decisión (claro yo ya había dejado una de estas encima del frigider de mi casa, pero no se lo dije), ella me mira a la cara, sonríe, hace una mueca de dolor, levanta la nariz como oliendo algo, se toma los senos como quien agarra una naranja y la presiona, coge el papel de la meza y se mete volando a la casa.

10 minutos después, me grita, pidiendo que me acerque a la puerta y con un susurro me ordena que vaya a la tienda del chino (todos los barrios tienen un chino como bodega) y que le compre una toalla higiénica ya que al parecer el lugar de almacenaje de las mujeres de la casa, había quedado desierto. Siempre renegué cuando mi mama o mi hermana me pidieron estas cosas, pero esta vez ningún tipo de vergüenza podría apabullarme, llegue corriendo al mostrador, mi cara de felicidad y la frigidez de mi cuerpo rebozando de adrenalina me debe de haber delatado, (ya que los borrachines regulares del empororio, a los que siempre les largue una lisura recordando a su madre por algún piropo impropio lanzado hacia P), todos se hicieron a un lado y al solicitar el dichoso accesorio femenino, nadie rio y el chino del mostrador me miro con los ojos entre abiertos (han visto como un chino intenta abrir más un ojo, es un cague de la risa) como intentando descubrir que me estaba pasando, al llegar a la puerta sin antes dar el saltito de felicidad al estilo plaza sésamo, doy media vuelta y regreso para dejarle al chino el dinero que había olvidado entregar, al regresar hacia la puerta algún alcohólico grito a voz en cuello "sale el campeón, sale el campeón", no lo entendí, tampoco me importo, nunca me sentí mas ganador ese día.

Al entregar la toalla y sentarme en la mesa de la cocina, me regreso a la mente la misiva dejada a mi madre y solo con un grito me dirigí raudo a la salida de la casa, pensado: "Que idiota, casi olvido el sobre" por suerte nadie lo había encontrado.

Salí de la universidad por problemas en ella, se había cancelado el programa de Ing. Civil y aunque nos dieron la opción de seguir otra ingeniería, las otras eran mucho más caras y el estado económico de mi familia (gracias a las secuelas de CLAE) no era la mejor. Ella ya había ingresado a Villareal pero por falta de gusto a la carrera también decidió dejarla y pensamos probar alguna otra carrera en alguna universidad de preferencia estatal que nos quiera abrir sus puertas.

Entonces era menester volvernos a preparar y recordar algunas cosas básicas en la academia, también obvio que el dinero para salidas y eventuales hoteles también se había reducido. Y como al parecer tanto para ella como para mí, el sexo paso a segundo plano y la prioridad de estudiar se había colocado en el objetivo primordial en nuestra relación.

Hacia finales del 98' postule a la UNAC, desafortunadamente sus padres no consiguieron el dinero para que ella postule y empezó a trabajar. Se nos hizo complicado vernos, de las visitas que se realizaban hasta casi 4 veces a la semana, se habían reducido a 1 o máximo 2 por vez, la relación se hacía complicada, y el lugar por donde ella estaba trabajando estaba algo lejos de mi zona conocida y como muchacho joven y porfiado, tampoco me intereso mucho recogerla (gran error), acababa el verano del 99' cuando había tiempo pasábamos horas y horas sentados en la mecedora ideando como sería el futuro una vez acabada la carrera y trabajando ya, nos agradaba dibujar como seria nuestra casa en papel, me hubiera gustado imaginar que las cosas nunca cambiarían.

Días después de comenzar el ciclo, un fin de semana ella había invitado a compañeros del trabajo a almorzar en casa, al llegar y darme con la sorpresa me presento a uno por uno a todos los comensales y al preguntarle del por qué no me habían comentado del evento, para llegar con algo de tomar o vestido de manera más decente. Me dijo que su jefe HDP, la había de cierta manera "condicionado" a tener un almuerzo de confraternidad en la oficina y que había aprovechado a traer a todos en su tremendo carro, una camioneta del tamaño de una casa con lunas polarizadas y faros del tamaño de mi cabeza en el parachoques del precioso monstruo.

Tragos van, tragos vienen, mientras me encargaba de sacar las botellas vacías, traer vasos limpios, pasarle un trapo a la meza y recoger cuanta ceniza de cigarro caía al piso, una tia de ella se acerca y me pregunta si conoce el lugar donde P trabajaba, al negarlo, ella me "recomendó" en tono maternal, "hijito sería bueno que de vez en cuando la vayas a recoger con algo bonito, a todas las mujeres nos gusta eso", a lo que sonreí dando gracias por el consejo, prometiendo que la próxima semana lo haria. Cuando acababa la reunión y ya solo quedaban 3 o 4 personas sin contar a P y yo, decidí que ya era hora de retirarme por lo distante que vivíamos y al despedirme, grande fue mi sorpresa que delante de todos, ella me diera un beso solo en la mejilla, además que ni siquiera se parara y me pidiera que la llame luego, cosa rara cuando ella siempre me acompañaba hasta la puerta y con un gran ósculo me pidiera que la llame llegando a casa.

Durante la semana, quise hacerme el molesto por su actitud y no llame (ella tampoco lo hizo), al llegar el sábado trabaje en el jardín de mi padrino durante todo el día para que me soltara al acabar, algo de dinero, para realizar la sorpresa, llegue al mercado flores de Acho, busque el mejor ramo que pude comprar con el dinero ganado y ahorrado en almuerzos que no comí de una semana, pare la combi; con la casaca intentaba cubrir el ramillete de flores que había comprado, sin antes no haberme avergonzado con alguna sonrisa de algún pasajero sapo, que descubría mi encargo, al bajarme en el paradero con la referencia que tenia de la fábrica donde ella trabajaba, camine lo más rápido que pude para evitar las risas y comentarios de la gente y operarios macetones con los que me cruzaba, antes de llegar a la esquina y cotejar mi ubicación con el croquis que había arrancado de las páginas amarillas, saque la cabeza por el filo de la esquina para observar y grande fue mi sorpresa al encontrarme a HDP (hijo de puta) comprando en el quiosco contiguo a la esquina, 2 gaseosas y seguirlo con la mirada correr a paso ligero hacia la mitad de la acera de al frente y entregar una de las bebidas a P, ella cogió botella, se colocó de puntitas sobre sus pies y lo abrazo sobre el cuello en función de gracias, el aun con la IncaKola en la mano cruzo sus manos sobre los gluteos de P, propiciándole tremendo levante que ella devolvió con un respingo y un gran beso de al menos de 20 días (tiempo que me pareció desde mi ubicación), para luego ambos subir al carro con sonrisas de complicidad estacionado al costado y desaparecer dejando una nube de polvo blanco en la huida y mi hombría colgada del parachoques.

Debo haber perdido la noción de tiempo hasta llegar a mi casa, porque no recuerdo como llegue a ella, tampoco donde deje las flores que compre. Solo en mi cuarto, recordaba una y otra vez la escena vivida sin poder creerlo, ni entender como paso. Otra semana paso y P tampoco llamo por teléfono. El día sábado llegue a su casa, con la cola entre las piernas, haciéndome el ignorante de la escena presenciada, luego de 2 horas de espera, P entro por la puerta de la sala y al encontrarme, mas que su cara de sorpresa, fue de molestia gesticulando una frase que mas o menos reza asi: "¿QUE HACES TU ACA?, PENSE QUE YA NO EXISTIAS", y continuar con su paso hacia la cocina, volver a salir y encerrarse en su cuarto, su mama que estaba atenta al tema, me pregunto que había pasado, al negar cualquier problema, ella fue a buscar a P y luego de 30min ella reapareció por la puerta, con los ojos vidriosos y corriendo a abrazarme, comentando que me había extrañado mucho y que tenía que hablar conmigo de un tema importante, como primer punto, fue la noticia que postularía a la UNAC en agosto y como segundo punto que debido a su postulación tenía que concentrarse en el estudio y que por tal motivo me pedía que por favor nos diéramos un tiempo y dejar las cosas en modo OFF e revisar el caso más tarde.

Rogué y suplique no me digiera eso, mis lágrimas se mezclaron fuerte con mis mocos (gran refriado que tenia), le pedía que no me dejara así, que teníamos ya mucho tiempo juntos y que sería tonto desperdiciar todo esto, por una simple postulación, a lo cual mis suplicas fueron echadas en un gran saco y tiradas al rio, en un momento de desesperación le pregunte si es que había otra persona?, a la cual contesto con tremendo bofetón en respuesta a la ofensa causada por mi pregunta, cual acompaño con la frase: "al menos puedes irte sabiendo, que fuiste el primero", a lo que respondí: "no hubiera importado haber sido el 10, el 5, el 2, el 1, me importaba ser el último" me levante temblando, bote la silla, golpee la meza, arroje una maceta en mi huida y salí de su casa dejando la puerta abierta, rumbo a la bodega del chino a comprar un cigarro para relajarme y luego unirme a los parroquianos además del chino, en la peor borrachera con ron barato que he podido tener.

Ella si postulo a la universidad e ingreso, la vi durante toda mi época universitaria, pero más allá de un hola o un simple asentimiento con la cabeza en algún pasadizo no pasó nada más...

Hace unas semanas mientras jugaba PS2, mi esposa paseaba como siempre ligera de ropas, renegando por el desorden del cuarto, yo la seguía de reojo con la mirada contonear las caderas de un lado al otro, (nada mejor que viéndola hacer eso), luego acercarse a mi cajón de velador, al abrir este, rebuscar entre mis papeles y desorden sacar un sobrecillo ya amarillento por los años de guardado revisar su contenido y que dé el, en cámara lenta ver caer unas fotos de P sobre su mano y preguntarme: Quien es ella?, no respondí y seguí en el juego, Ella volvió a preguntar si me importaba?, a lo que le dije que no, se dio la vuelta, se sentó sobre la cama las observo un rato y por su espalda note que estaba rompiéndolas y luego tirándolas a la bolsa de basura, como un papel higiénico usado... no sé qué porque aun guardaba esas fotos, la verdad es que no sabía que estaban ahí, ni siquiera se cómo llegaron a ese lugar.

Definitivamente pasaron cosas buenas y malas con P, tengo que aceptar que tampoco fui un angelito (el más picón de todos), pero a esta altura del juego ya no importan. Donde quieras que estés un gran abrazo. Y ojala sigas con HDP y si alguna vez vuelvo a ver la camioneta, intentare quitar mi virilidad del parachoques, con algún otro destrozo.


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