Día 2
Antes de que saliera el sol y el amanecer de la puna se degradara con sus colores azules, mientras que Pishtakos y pumas se van a descansar, Cai se levanta y se arrastra sigilosamente hacia Vic, quien tumbado por los efectos aun del alcohol, solamente atina gruñir y babear por un costado en la comisura de su boca, que al sentir el frió liquido pasa la manga de su camisa para limpiarse e intenta escuchar lo que Cai le comenta, logra escuchar algo...., cansado por la resaca,….regreso el sábado antes de la fiesta tio...., no le digas a nadie.
Cai, aun asqueado por la escena, mete la mano al interior del colchón, saca el fardo de papel Manila, vuelve a meter la mano para sacar un objeto pesado y frió, que al contacto con su palma lo envalentona y cree ser capaz de conseguir el objetivo, se engarza el arma en la funda al cinto y mirando de reojo simula un beso volado en silencio, donde de espaldas aun Jorge dormitaba, abre la puerta y baja las escalera. En el gran salón frente al ventanal que da al lago, solamente quedaba un par de almas; Clau y Kat, la primera recostada en el regazo, mientras que la otra con una botella de Stolisnaya rojo ademas con una sonrisa de satisfacción al haber tumbado hasta el ultimo hombre que se atrevió a decir que tenia mas hígado que ellas, no lo sintieron pasar, tampoco abrir la puerta, antes de cruzar el umbral volvió la mirada y al verlas juntas, envidio y maldijo por ultima vez su sexo…
3 años antesCai, se sentía inseguro, hasta hace un tiempo pensaba que era normal que le gustaran los colores calidos, pasteles y alegres, que teñirse el cabello y sentirse atractivo para las mujeres, aunque no le gustaran, criticar la forma de vestido de algunas y sentirse envidiado por algunos hombres, era tramite regular, solamente cuando lo vio desnudo mientras se cambiaba y posteriormente durmió como amigos en la casa de el, sintió ese bichito en el estomago, que en las historias de enamorados dicen pasar, nunca se había sentido tan cómodo durmiendo con mujeres y como un flechazo sin entenderlo aun bien, hizo todo lo posible en adelante por complacerlo.
Durante un viaje, luego de la pregunta nada discreta de Tesa, indagando como siempre por las líneas algo torcidas en los intereses sexuales de los amigos del novio, pregunto a Jorge, “¿si tuvieras que elegir, entre uno de tus amigos, para tener un encuentro intimo, a quien escogerías?”, Jorge, revisando las opciones y preocupado por el castigo debido a la pregunta, Fabian: muy alto y grande, Vic: demasiado panzón; la opción inteligente era Cai, gracioso, delgado, delicado, engreído y en alguno casos infantil, era la respuesta menos peligrosa y mas certera, a los que todos los presentes unánimemente se unieron en señal de aprobación y franca elección. Cai intentando colocar la cara de enojado e indignado, no dejaba escapar hacia el exterior la felicidad que lo albergaba y con la frase “váyanse todos a la mierda” logro la carcajada esperada de todos y al unirse a la risa colectiva, expulso el aire y las ganas contenidas de expresar su alegría.
Durante los siguientes meses, se convirtió en su incondicional, el quería salir a ver sus grupos de metal, a Cai también le gustaba el hard, a Jorge no le gustaba los cigarros convencionales, el empezó a conseguirle porros de marihuana calientitos hechos en barranco por la plaza Butter, el amor hacia el había crecido de manera simétrica al tiempo que pasaban juntos, sin embargo. Un jueves veintitantos de abril, ya avanzada la noche y los tragos, Jorge le coge la cara con suavidad y con los ojos vidriosos por el ron barato, le comenta al oído, “si fueras una hembrita, fácil que te la arrimo hip-cuñao”, y luego caer en su regazo, vencido por el trago.
Esa frase, marco los meses y los intereses de Cai, solamente pensaba en como realizar la transformación, ¿que era lo necesario?, consulto con amigos de forma comica y nada comprometedoras, paginas medicas por la Web y debido a la posición importante que gozaba en su entorno laboral, el factor económico no debía representar un verdadero problema, ¡pensó el!.
El rostro desencajado en la puerta de la clínica, lo decía todo, 20.000 US para comenzar; por unos implantes en el pecho y la cadera, extracción de grasa en la cintura, reducción de pómulos y frontal, cuatro terapias de tratamiento de hormonas e inhibidores de progesterona y no todas de golpe, fuera de medicamentos y analgésicos la suma aumentaba aun mas, se detuvo frente a la escaparate de una tienda, y al observar su rostro en el reflejo, giro hacia un lado de manera instintiva mirándose las caderas (recordando la parte femenina que mas le gustaba a jorge), intentando darse ánimos, “que no estaban tan mal, no necesito eso”, durante unos minutos mientras se movía de izquierda a derecha girando con la punta de los pies y con las manos en la cintura , la frustración se apodero de el, cogio las llaves de su vehiculo y los estrello contra la luna, que añicos ya en el suelo se asemejaba al futuro con su idilio. Camino hacia su auto y arranco.
Hace 4 mesesYa habia decidido lo que tenia que hacer, necesitaba el dinero y ya no quedaban personas de quien prestarse, su auto vendido, los ahorros de una vida invertidos, aun no alcanzaban para llegar a la primera parte de la cuota. Durante una visita a su acostumbrado “burro”, el le comenta del éxito que había tenido un conocido del negocio, que desde Bolivia había logrado conseguir el contacto de un productor y que sin intermediarios consiguió un excelente precio en un margen de 4 a 1 por el blanco producto, animado por el dato, hizo el seguimiento metódico al conocido del burro y con alguno tragos encima, logro obtener la información solicitada.
Luego de hacer el contacto desde Lima, le habían avisado de manera reiterada los severos controles policiales en la carretera hacia Desaguadero, además de la casi imposible entrega en alguna ciudad conocida de la frontera y que si no tenia un plan de regreso, era mejor que se olvidara de la idea.
…Ya tenia todo planeado, se encontrarían a 10Km al sur de Desaguadero en un pueblito llamado
AylloPampa, el viaje de ida demoraría 2 días a caballo, ya tenia el guía que lo llevaría por los pasos que no son vigilados por policías o por patrullas rojas, abrigado con el casacon negro, encima de la polera amarilla, lo vio a lo lejos, el indio de piel curtida, nariz aguileña, pómulos rojos y fruncidos, Santiago de pie mascando y escupiendo coca, le daba la bienvenida al nuevo patrón con la mano.
Durante la noche Santiago hablaba de cómo habían muerto sus padres, del problema de la pobreza, del narcotráfico, del terrorismo, de los policías corruptos, mientras hacia el te de menta en su lúgubre hoguera hecha de bosta de vaca, Cai solamente lo miraba y menospreciaba sus problemas, esbozando una pequeña mueca y dirigiendo su mirada de poco intereses hacia el campesino, solamente cuando el guía le señalo con la mano, la entrada al pueblo, esbozo su primera sonrisa del trayecto, nunca se percato de la distancia, tal vez pensando que el cholo había sacado mal su cuenta en el tiempo de viaje y revisando con una mano su canguro y con la otra la funda del arma, apeando el caballo aumento la marcha y antes de llegar contempla lo triste del pueblo y los alrededores, le llamo la atención que no hubiera nadie trabajando las parcelas como en otros pueblos al amanecer, que en los techos de las casas, las calaminas habían sido arrancadas tal vez por los vientos fuertes del altiplano, que el camino estaba lleno de ichu, tierra y piedras, al girar para preguntar a Santiago sobre su ubicación correcta, este solamente era una figura a lo lejos corriendo en dirección contraria.
Al regresar la mirada hacia el frente, se encontró con una figura sentada sobre una piedra, apoyado sobre la media destruida pared de arcilla de un muro o cerco de una casa, vestida como el de negro con capucha y con un bolso al costado, Cai, nervioso aun por la actitud de Santiago rápidamente saca el arma y apunta al desconocido, quien levantándose se acerca lentamente, extiende su mano y muestra un puñal plateado con hoja redondeada, mientras que con la otra lo reta con el dedo a apuntar al pecho, Cai, envalentonado, siente la presión del arma en la mano, intenta abrir fuego, solamente escucha el clic del percutor trabándose, seguro y orgulloso el desconocido por el trabajo realizado durante la primera tarde, ágilmente en silencio, se acerca dando pequeños saltos alzando las manos asustando al caballo, haciendo que el jinete inexperto perdiera el equilibrio cayendo al suelo boca abajo, subiendo rápidamente en la espalda, Cai siente como el frió acero penetra por su garganta y va destrozando uno a uno los músculos del cuello, mientras que el desconocido hala de su cabello siente algo de extraña misericordia por la victima, tira de su hombro y le da la vuelta, cuando sonríe antes de dar el ultimo golpe, Cai logra ver su rostro y con la sangre llenando su boca, estira el dedo señalando y reconociendo, vuelve a sentir el frió ingresando pero ahora por su bajo vientre, lo ultimo que imagina ver, es el rostro de Jorge con los ojos vidriosos diciendole “Yo tambien te quiero Hip-Cuñao”.
¿Todo bien patrón?, pregunta Santiago, mientras que el desconocido asiente, pasa cerca a el, coloca su mano sobre el hombro en señal de buen trabajo, gira y vacía todo el cargador de la
Bereta Cal.45 sobre la cabeza del pastor. Solo sonríe y observa de manera curiosa, como el cuerpo se estremece constantemente mientras el alma se retira, coge uno de los caballos y galopa hacia
La CasonaClick…